martes, 28 de septiembre de 2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

LA HORA DEL TRIUNFO

Aprovechando que mi amigo José Miguel ha publicado un extenso comentario a mi entrada Aquí no vale todo, pongo el enlace de un artículo de Óscar Martínez en El País Semanal que aborda el tema del fútbol y su relación con la épica. Las coincidencias entre su escrito y el mío son a veces sorprendentes, sin contar con que él también es profesor de Griego.

sábado, 11 de septiembre de 2010

ALEPH > ALFA

Ensayo de rotación con Pinnacle Studio Ultimate versión 14.

lunes, 6 de septiembre de 2010

EN PRIMERA FILA

El día 25 estuvimos en la acrópolis de Atenas. Usé por primera vez el trípode para sacar esta fotografía, que revela cómo una de las razones principales de la desaparición del mundo antiguo fue la reutilización de los materiales de edificios anteriores y de obras de arte en general. Esto comenzaron a hacerlo ya los propios griegos antiguos, que se sirvieron de estos tambores de columnas para construir una sección de la muralla que rodea la acrópolis:





Luego bajé al teatro de Dioniso, donde esperaba fotografiar las inscripciones de los asientos de la primera fila, donde están registrados los nombres de los sacerdotes que tenían el privilegio de ocupar esa zona de las gradas. Pero lamentablemente me encontré con la cuerda, la odiosa cuerda que veta el acceso a lo mejor de cada monumento:



Lo más que pude hacer fue estirar el cuello y obtener estas míseras tomas:




Pero cuatro días después regresé con la intención de convencer a los vigilantes. La que se encontraba sentada enfrente de la orquestra se mostró inflexible, aunque me sugirió que le pidiera permiso al αρχιφύλακας, el jefe de los vigilantes que expedía las entradas. Fui y éste le hizo una llamada para que me permitiera rebasar la cuerda. Por fin, pude tomar estas imágenes, inéditas al menos con esta resolución. Del sacerdote de Zeus Buleo y de Atenea Bulea:



y del sacerdote de Apolo Delio:



No sé lo que hubiera hecho en este viaje sin la Tarjeta de Entrada Gratuita, que en cierto modo, al menos en apariencia, te confiere la categoría de personal del Ministerio de Cultura Griego. Me la expidieron el día 19, en la mítica Olimpia:



Era mostrarla en cualquier sitio y ver casi todas las puertas abiertas.

viernes, 3 de septiembre de 2010

"PERO ES MÍTICO"

Bueno, va siendo hora de contar anécdotas del viaje. La primera que se me ocurre tuvo lugar en Olimpia.

Primero visitamos el recinto arqueológico, donde, entre otras, tomé imágenes de esta interesante muestra de evolución arquitectónica, concretamente del equino (parte inferior del capitel) en el templo de Hera. Este templo fue inicialmente construido en madera y poco a poco sus distintas partes fueron sustituidas por otras de piedra, siguiendo los estilos imperantes en cada época. En estas tres columnas se puede apreciar la diferencia entre dos tipos de equino:



En el estadio, donde nacieron los Juegos Olímpicos, tuve ocasión de filmar esta carrera:



Y a continuación, mientras Jacobo proseguía su visita por el museo, me fui con mi hermano en busca del río Alfeo. Por el recinto sólo pasa el Cládeo, su afluente, que ya vi en mi viaje del 2005:





Pero a mí me interesaba ver el Alfeo, que no es un simple arroyo. Como no lo encontraba, les pregunté a los vigilantes de la entrada, una chica de no más de veinte años, una mujer mayor y un hombre maduro. Ellos amablemente empezaron a indicarme, hasta que la señora mayor interrumpió: "Μα γιατί θέλεις να δείς τον Αλφειό; Δεν έχει τίποτα", es decir, "¿Pero para qué quieres ver el Alfeo? No tiene nada", a lo que yo respondí, con cierto tono de indignación: "Αλλά είναι μυθικός!", esto es, "¡Pero es mítico!" Sin saber seguramente a qué me refería, los tres hicieron como que me comprendían y la chica sonrió en un gesto de sabio asentimiento.

Y a lo que me refería es a que el Alfeo no era para los griegos una simple corriente de agua, sino un dios, el mismo que aparece representado en el frontón oriental del templo de Zeus, contemplando los preparativos de la carrera de carros entre Enómao y Pélope,





junto con el Cládeo:





Pues bien, cogimos el coche y después de apartarnos bastante del recinto, no encontramos nada. Cuando ya estábamos agotados de dar vueltas en coche y a pie, pregunté a un conductor que salía de las fincas y me informó. Por fin, rodeados del omnipresente sonido de las cigarras, pudimos divisarlo a lo lejos:





luego de cerca,





 y por último filmarlo: