Hace unas semanas escribí esto:
Para que no se piense que soy de los que hacen leña del árbol caído, voy a darle caña al Madrid ahora que ha vencido al Jerez 0 a 3. ¡Dios, qué equipo más gris y qué fútbol más aburrido! Los dos únicos jugadores que marcan la diferencia y se alejan de ese juego feísta, abandonado al azar, los únicos que creen en su inteligencia y calidad, son Xabi Alonso, con su toque ágil y rápido, y Cristiano Ronaldo, con su rotunda y variada efectividad. El resto es no ya un equipo acéfalo, sino un atajo de potros alocados que no tienen ni idea de a qué juegan. Es su último partido de liga que veo, salvando el Gran Partido, naturalmente.
Poco después, esto:
No hablaré a toro pasado, no. El Real Madrid es un triste representante del fútbol español en Europa. Quedará apeado de esta competición muy, muy prontito. No le dura el balón ni diez segundos, cada cabra va a lo suyo, sálvese quien pueda. La única área pequeña que pisa es la suya para atajar goles cantados. No hay ningún centro de campo, no hay ni asomo de estrategia, salvo la de pescar en río revuelto. A veces, destellos de calidad de Cristiano Ronaldo. Y esto es contra un equipo del que todos dicen que no es ni sombra del que fue entre el 2000 y el 2008. No quiero imaginar lo que pasaría contra un Chelsea, un Inter o un Manchester.
Y ayer, esto:
El Madrid demostrará lo que vale pasado mañana. Es increíble cómo empiezan a decir ya auténticas burradas sobre un equipo que sigue aburriendo a las cabras y sin saber a qué juega. Eso sí, cuando pierda ante el Olympique o en la siguiente fase, volverán a arreciar los vientos.
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