El Amor ofrece una rosa a una mariposa que tiene agarrada de las alas. La mariposa, símbolo del alma, se deja seducir por la belleza y la juventud (la rosa), convirtiéndose en prisionera del Amor. Los tormentos que aguardan al alma cautiva son descritos en cada una de las cuatro caras del pedestal. La que aquí se muestra representa a dos Amorcillos sujetando al Alma mientras otro le arroja una flecha; un cuarto la quema con su antorcha y el último tensa su arco.
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