domingo, 25 de octubre de 2009

HIC HABITAT FELICITAS: 1ª PARTE

Entre los pueblos antiguos, el falo era un símbolo apotropaico: se le atribuían poderes mágicos, de protección contra los malos espíritus, especialmente los causantes de la impotencia y la esterilidad. Este aspecto de las sociedades antiguas ha sido censurado en nombre de las buenas costumbres.

En las excavaciones de las ciudades antiguas, sobre todo de Pompeya y Herculano, junto a los objetos "aceptables", no dejaban de salir a la luz otros que incomodaban a quienes sólo querían abordar el estudio de la Antigüedad de una manera parcial. Cuando en Pompeya se halló el grupo escultórico de Pan y la cabra, Carlos III lo confinó a un almacén de su palacio de Portici para que nadie pudiese verlo. Más tarde, esta obra y las restantes "obscenidades, viles monumentos de la lujuria pagana", fueron visitadas por personas que recibieron permisos especiales, y esta situación se mantuvo hasta la década de los 70 del siglo XX, cuando por fin se abrió al público el Gabinetto Segreto del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

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